Romper con el pasado
No es fácil romper con el pasado, porque lo pasado forma parte del quienes somos hoy. Pero hay veces que el pasado nos persigue y nos condiciona en el presente como no debiera hacerlo.
Como cuando una relación termina mal… que intentamos olvidarlo pero no lo logramos, puede incluso estar haciéndonos pensar que siempre será así, que siempre nos irá mal…
Pero como mujeres no podemos ser tan débiles, debemos aprender a romper con el pasado para saber avanzar en la vida.
Cuando una relación termina mal, ya sea de índole amorosa, amistad o laboral; la mayoría de las veces empacamos emocionalmente los elementos que nos constituyen como partícipes y los alojamos en la parte más lejana del baúl. Evitamos escuchar esas canciones que nos recuerdan los días dorados, nos desconectamos de los que aún siguen trabajando en ese lugar, desaparecemos de los lugares que frecuentábamos juntos, y en definitiva, hacemos una limpieza del espacio físico que tiene un interesante correlato emocional. Es como limpiar la casa, sacar la basura y luego volver para disfrutarla. Lo mismo hacemos para desvincularnos de ese mundo al que no pertenecemos.
Sin embargo, no sucede lo mismo con “el pasado”, con ese fantasma que se las ingenia para siempre aparecer en todo momento y a cualquier hora. En muchos aspectos vivimos atrapados a él. No significa que una bocanada de viento fresco no borre la memoria, pero sí deberíamos empezar a comprender que vivir mirando para atrás es una gran trampa ilusoria que nos frena el paso. Digo ilusoria porque el pasado no existe más, es sólo un recuerdo, una energía prendida en nuestra memoria celular que activamos como la perilla de una lámpara toda vez que nos damos vuelta, y volvemos a empezar. Desde atrás construyo mi delante; antes de mover una pieza de mi tablero, echo un ojo a los costados a ver si Don Pasado me aprueba la jugada. Y a veces sucede que el cauto ayer nos dice “NO”, “Ten cuidado de hacer eso, porque ya una vez te fue mal”, “Ojo con enamorarte, recuerda que aquel hombre traicionó tu confianza”; en fin, un relato histórico.
Pero “romper con el pasado” implica una empresa ambiciosa para tu presente, es la invitación a replantearte todos aquellos “modos de ser” y de “sentir” que ya no funcionan para tu vida. Todas las creencias que limitan tu potencial personal, tu capacidad de desarrollo y aprendizaje espiritual.
Vivir atada “al pasado” no solamente es “recordar, añorar lo que pasó”, también incluye el sistema de interpretaciones que hemos vivido como certezas y nunca hemos sido capaces de replantearnos, todas esas etiquetas impuestas desde la infancia, que hemos corroborado como verdades para nosotras. “Soy celosa”, “soy desordenada”, “soy tonta”, “soy mala para el amor”, “soy tímida”, “soy inmadura”; juicios maestros que se fundan en hechos del pasado y que se han arraigado en nuestras mentes como irrefutables certidumbres.
Cuando a lo largo de los años hemos mantenido estas conversaciones sobre nosotros mismas, hemos alojado nuestro bienestar en una zona de confort a veces incómoda pero conocida; deprimente pero previsible, y impedimos el riesgo del cambio que puede aparejar un fracaso.
Todo cambio siempre incluye una pérdida, y aunque traiga resultados positivos, las pérdidas no dejan de sentirse. Sin embargo es condición indispensable para crecer, transformarnos y orillarnos a los seres que anhelamos ser.
Un pasado tiene la experiencia de lo que ocurrió, pero no hay ningún mecanismo que pueda establecer que lo de ayer se pueda repetir hoy.
Por ejemplo, si amamos y nos fue mal, no significa que en el presente tenga que sucedernos lo mismo, no atrevernos a “amar” es una defensa inequívoca, aún no ha pasado nada. Muchas veces estamos parados en la presunción del devenir, la realidad nos muestra una cara diametralmente opuesta.
Chuchi González.
Romper con el pasado, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez.
Publicado con permiso.
Como cuando una relación termina mal… que intentamos olvidarlo pero no lo logramos, puede incluso estar haciéndonos pensar que siempre será así, que siempre nos irá mal…
Pero como mujeres no podemos ser tan débiles, debemos aprender a romper con el pasado para saber avanzar en la vida.
Cuando una relación termina mal, ya sea de índole amorosa, amistad o laboral; la mayoría de las veces empacamos emocionalmente los elementos que nos constituyen como partícipes y los alojamos en la parte más lejana del baúl. Evitamos escuchar esas canciones que nos recuerdan los días dorados, nos desconectamos de los que aún siguen trabajando en ese lugar, desaparecemos de los lugares que frecuentábamos juntos, y en definitiva, hacemos una limpieza del espacio físico que tiene un interesante correlato emocional. Es como limpiar la casa, sacar la basura y luego volver para disfrutarla. Lo mismo hacemos para desvincularnos de ese mundo al que no pertenecemos.
Sin embargo, no sucede lo mismo con “el pasado”, con ese fantasma que se las ingenia para siempre aparecer en todo momento y a cualquier hora. En muchos aspectos vivimos atrapados a él. No significa que una bocanada de viento fresco no borre la memoria, pero sí deberíamos empezar a comprender que vivir mirando para atrás es una gran trampa ilusoria que nos frena el paso. Digo ilusoria porque el pasado no existe más, es sólo un recuerdo, una energía prendida en nuestra memoria celular que activamos como la perilla de una lámpara toda vez que nos damos vuelta, y volvemos a empezar. Desde atrás construyo mi delante; antes de mover una pieza de mi tablero, echo un ojo a los costados a ver si Don Pasado me aprueba la jugada. Y a veces sucede que el cauto ayer nos dice “NO”, “Ten cuidado de hacer eso, porque ya una vez te fue mal”, “Ojo con enamorarte, recuerda que aquel hombre traicionó tu confianza”; en fin, un relato histórico.
Pero “romper con el pasado” implica una empresa ambiciosa para tu presente, es la invitación a replantearte todos aquellos “modos de ser” y de “sentir” que ya no funcionan para tu vida. Todas las creencias que limitan tu potencial personal, tu capacidad de desarrollo y aprendizaje espiritual.
Vivir atada “al pasado” no solamente es “recordar, añorar lo que pasó”, también incluye el sistema de interpretaciones que hemos vivido como certezas y nunca hemos sido capaces de replantearnos, todas esas etiquetas impuestas desde la infancia, que hemos corroborado como verdades para nosotras. “Soy celosa”, “soy desordenada”, “soy tonta”, “soy mala para el amor”, “soy tímida”, “soy inmadura”; juicios maestros que se fundan en hechos del pasado y que se han arraigado en nuestras mentes como irrefutables certidumbres.
Cuando a lo largo de los años hemos mantenido estas conversaciones sobre nosotros mismas, hemos alojado nuestro bienestar en una zona de confort a veces incómoda pero conocida; deprimente pero previsible, y impedimos el riesgo del cambio que puede aparejar un fracaso.
Todo cambio siempre incluye una pérdida, y aunque traiga resultados positivos, las pérdidas no dejan de sentirse. Sin embargo es condición indispensable para crecer, transformarnos y orillarnos a los seres que anhelamos ser.
Un pasado tiene la experiencia de lo que ocurrió, pero no hay ningún mecanismo que pueda establecer que lo de ayer se pueda repetir hoy.
Por ejemplo, si amamos y nos fue mal, no significa que en el presente tenga que sucedernos lo mismo, no atrevernos a “amar” es una defensa inequívoca, aún no ha pasado nada. Muchas veces estamos parados en la presunción del devenir, la realidad nos muestra una cara diametralmente opuesta.
Estrategias para el cambio:
- Piensa y escribe todas las creencias que tienes sobre ti que te limitan, haz una extensa lista. Luego los juicios sobre el amor y el dinero, y nuevamente haz tu lista.
- Con calma y conciencia lee lo que escribiste, ¿Qué dice de ti? ¿Desde dónde crees que vienen esos temores?
- Ahora por cada “Yo soy…” escrito, dirás “Hasta ahora yo estuve siendo…” para que comiences a conectarte con la oportunidad del autorediseño.
- Por cada “No puedo cambiar tal o cual cosa” di “Puedo cambiar tal o cual cosa, sólo buscaré otras herramientas…”
- Escribe afirmaciones positivas sobre tu persona, una diaria en un papel o cuaderno y léela antes de dormir y al levantarte.
Chuchi González.
Romper con el pasado, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez.
Publicado con permiso.
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