Y por ratos siento ese amor que se riega por todo el cuerpo, que empaña como el vapor de aire caliente que se expulsa por la boca ante un espejo. --Pero mi corazón, ese trozo que queda de el me recuerda que no, no soy feliz. Cuando tus manos tocan mi piel, se eriza como cualquier piel gallina y por mi columna sube esa corriente eléctrica que causa electro shock de pasión en mi cerebro. --Pero mi corazón, ese trozo que queda de el me recuerda que no, no soy feliz. Y tus besos, esos que me hacen flotar en el universo y saborear el dulce melao hecho con fresas frescas caramelizadas, que me funden en un éxtasis de placer al gusto. --Pero mi corazón, ese trozo que queda de el me recuerda que no, no soy feliz. Tus palabras que susurran en mis oídos, que entorpecen mis propias palabras y me obligan a escuchar argumentos que a ciegas creo, imagino ilusionadamente que son sinceros. --Pero mi corazón, ese trozo que queda de el me recuerda que no, no soy feliz...