Egoísmo y Melancolía
Hace unos días sufrí un percance el cual me sembró en un agujero cargado de lágrimas y depresiones, sentía un montón de problemas desplomarse encima de mi como avalancha sorpresa.
Sin embargo, recibí apoyo emocional de aquellos que a pesar de la distancia se mantienen a mi lado como soldado al pie de la montaña velando por sus compañeros que arriesgan su vida defendiendo la nación.
Me sentí afortunada, no lo voy a negar.
Pero cuando pude levantar la cabeza, secar mis lágrimas y ponerme de pie, me sentí mal por aquellos que tenían sus propios problemas y lo echaron a un lado para apoyarme a mi, me sentí avergonzada porque aquellos que tenían motivos para celebrar, estaban abrumados dándome consuelo, me sentí consternada porque aquellos que necesitaban mi ayuda no me la pidieron y se enfocaron en sacarme una sonrisa.
Y es aquí donde analizo que el egoísmo se disfraza de tristeza, de lágrimas y angustia. Muchas veces no nos damos cuenta que ahogados en nuestras penas y refugiados en los demás, nos convertimos en esclavos de el egoísmo, acaparando toda la atención a nuestro alrededor. Pero que hay de los demás, aquellos que abandonan sus emociones por un rato para anestesiar nuestro dolor, eso se llama cariño, comprensión; eso se llama amor.
Y es pues donde el amor se manifiesta y te hace recordar por quienes vale la pena luchar, a quienes debes apoyar y sin duda alguna quien tiene la dicha de que puedas amar de manera incondicional.
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