La Maleta



Esta madrugada como siempre mi sueño fue interrumpido con mi rutina de pesadillas.



En esta ocasión soñaba que llegando a una parada de autobús un hombre me vigilaba, tenia aspecto desequilibrado: de esos que dicen tener algún síndrome extraño que los convierte en niño especial, corrí pero me alcanzó y en un callejón intento llevar a cabo un abuso sexual.

Un carro rojo, viejo y oxidado de esos corredores públicos que te dan miedo montarlos, con un señor viejo delgado y bigote muy largo vino a mi resguardo, me auxilio y dijo sube al auto.

Yo asustada y con la mente en blanco subí mientras trataba de asimilar en llanto.

Me dejo en una parada del metro y me dijo ya estas a salvo, en la puerta estaba un amigo de años viejos pero siempre recordado, no es necesario mencionar su nombre porque esto no es facebook para taggearlo.



En fin llevaba un chaleco negro en su antebrazo, una maleta pesada y mientras  bajábamos por las escaleras que estaban averiadas me dijo.- sube al vagón yo te sigo con el equipaje, un viaje silencioso y yo con mirada perdida. 



Se detiene el metro y al desmontarnos en un lugar desconocido el me dice.- hasta aquí juntos nos trajo el camino, te dejo el equipaje, siempre fue tuyo, lo dejaste olvidado.

El por su camino mientras yo arrastraba la maleta por el mio. Encontré un banco y me senté, sentí curiosidad por la maleta. Pues no recordaba haber olvidado un equipaje.

Al abrirla había un gran paquete y una nota que decía: guarde mis sueños para que nadie me los quite, mis esperanzas para que nadie las aplaste, mi felicidad para que nadie la envidie y mis ganas de luchar para que nadie intente ponerme resistencia.


Y ahí recordé porque nunca en la vida avance, olvide mis propias promesas de ser exitosa y feliz.

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