El Grinch del Amor

 Toda relación se marca a partir de un comienzo. –pues es obvio que todo tiene un inicio.

Las parejas anhelan y disfrutan esa fijación de fechas en las que conmemoran su aniversario de noviazgo, primer beso, primera intimidad, casamiento, noche de bodas; en fin, a partir de esa idea es que puedo definir una relación; como el conjunto de fijación de fechas rutinarias que incurren a la pareja a un festejo forzoso de lo inexistente. un ciclo de vida de un amor que parece eterno pero que con cálculos precisos es como un parto que sabes que se acerca y que pronto alumbraras y el estado de embarazo es solo eso una etapa que debe finalizar, el amor en este caso viene siendo la placenta que va directo a la basura, en muchos casos los recuerdos, los obsequios, las infinitas cartas.


Perdón, no es mi caso. Si, acabo de ser nombrada “El Grinch del amor”.
 –¿Por qué? Porque entre los estándares de una relación normal no aplico.

Porque en mi relación no se qué día inicio el intercambio de atenciones, palabras de cortesía diarias que por lo general los amigos no comparten constantemente.
Para ser honesta, cada día pasa con naturalidad para nosotros, con sus altos y bajos, con peleas y reconciliaciones.
No negare que a veces hasta duelen las traiciones, son perdonadas; aunque jamás olvidadas.

Si les soy sincera, cada mes pasa desapercibido, no llevo la cuenta del tiempo que este romance ha vivido.

Como yo pienso creo o más bien estoy casi segura  que  nadie lo haría “que al momento de poner fecha de inicio a una relación, automáticamente por ley de atracción estoy fijando la fecha de finalización, aunque no la vea se que llegara solo que esta en la sala de espera”.

Para mi las fechas no son más que ataduras a la inmadurez de que aquel día que olvide el acontecimiento sienta que falle, ¿por qué tengo que esperar un día de cada mes-año para  dar un detalle, invitar a cenar fuera, o ser cortés?

Na, que va, yo simplemente el día que amanezco con ganas de derrochar por la ventana el amor que estoy dispuesta a dar pues lo doy y se acabo.

Por ser como soy, por vivir un romance en descontrol, por no ser víctima de un calendario, por eso y muchas cosas más he sido catalogada el Grinch del amor.

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